¿Qué fue primero, el vino o la cerveza?

Laura Bricio Segura
Investigadora del Departamento Historia e Historia del Arte
laura.bricio(ELIMINAR)@urv.cat
Aunque se cree que la elaboración y el consumo de cerveza tiene sus orígenes en el mismo momento en que se cultivaron los cereales con el surgimiento del neolítico, situado en la zona del Creciente Fértil, las primeras manifestaciones las encontramos junto con las primeras elaboraciones de pan, en torno al 8.000 a.C. Durante este proceso era necesario remojar los cereales (cebada y trigo) en agua para ablandarlos, lo que habría favorecido las primeras maceraciones y la fermentación posterior del grano. Así comenzaba la primera cerveza, elaborada de forma muy rudimentaria.
La primera fabricación sistemática la encontramos a partir del 4.000 a. C. en el área mesopotámica (Godin Tepe) y después la perfeccionaron los sumerios y los egipcios. En Europa, no obstante, no encontramos documentado este proceso hasta el 4.300 a. C., justamente en una cueva de época neolítica, la de Can Sadurní (Begues), donde se localizó un cultivo de cebada de etapas muy tempranas. Este hecho favoreció la fabricación de cerveza, que los pobladores consiguieron perfeccionando un método de maltaje de cereales y la maceración posterior en el interior de la cueva, utilizando pequeñas tenazas cerámicas.
Por los restos hallados, parece que esta cerveza se habría utilizado en dos sentidos: como un complemento nutritivo de la dieta de los habitantes de Can Sadurní y también como parte de las ofrendas funerarias que se realizaban durante los entierros.
A pesar de la antigüedad de estos datos, lo sorprendente es que en Europa las muestras de elaboración de vino son aún más antiguas. Las primeras pruebas, localizadas en Georgia (Mar Negro), datarían del 6.000 a. C., es decir, hace más de 8.000 años. Estas comunidades humanas habrían cultivado el viñedo silvestre durante el neolítico y habrían iniciado la elaboración de vino poco después. Se han encontrado restos en los yacimientos de Gadachrili Gora, donde se analizaron grandes tenazas cerámicas y se encontraron tres elementos bioquímicos que son indicadores de vinificación: ácido tartárico, ácido succínico y ácido málico.
La cantidad de tenazas analizadas y la enorme recopilación de pruebas han hecho pensar que no era una actividad secundaria, sino que la vitivinicultura fue su principal actividad económica que desde esta zona del Cáucaso se extendió hacia Mesopotamia, la península de Anatolia y el Levante mediterráneo.
Así pues, podemos decir que en Europa el vino es mucho más antiguo que la cerveza: la elaboración y el consumo están plenamente documentados arqueológicamente a partir del 6.000 a. C. y la cerveza, a partir del 4.300 a.